sábado, 11 de febrero de 2012

La guerra civil se complica en Siria




Irán envía a 15.000 soldados de élite para armar al régimen de Bashar al Assad

El diario israelí ‘Haaretz’ confirma que el comandante de la Guardia Revolucionaria iraní ha llegado a Siria para gestionar las maniobras militares.





Un alto miembro del Consejo Nacional de Siria ha asegurado que Irán está ayudando activamente al régimen de Bashar al Assad para cortar los disturbios en todo el país.

El diario israelí ‘Haaretz’ confirma que Kassam Salimani, el comandante de la Fuerza Quds, la élite de la Guardia Revolucionaria iraní, ha llegado a Siria recientemente y ha ocupado un lugar en la sala de guerra que gestiona las maniobras del Ejército contra las fuerzas de la oposición siria. En ella, el presidente Asad y su hermano Maher llevan a cabo las tácticas para reprimir los principales focos de la revuelta.

A Salimani le acompaña toda su tropa, la Fuerza Quds, que ha comenzado a desplegar a 15.000 efectivos para ayudar a las tropas sirias en su represión. Estos soldados son la élite militar iraní y han operado en Irak, ya que son especialistas en guerra no convencional y contrainsurgencia, y son los encargados de formar y financiar al grupo libanés Hezbolá.

La presencia de Salimani en Siria muestra la disposición de Assad a una lucha encarnizada contra las fuerzas de la oposición y el diario israelí apunta que está planificando una guerra total contra la ciudad rebelde de Homs. El objetivo de Assad es mostrar a la oposición su capacidad para suprimir los disturbios, centradas ahora en Homs y en la reocupación de la ciudad de Zabadani, que cayó en manos de la oposición
Un informe del canal Al-Arabiya indica que la batalla por Zabadani ya ha comenzado, donde los soldados sirios que desertaron encabezan la lucha. Por su parte, Homs lleva días sometida a un asedio, con bombardeos diarios, y con el corte del suministro de electricidad y agua.

Así, el presidente sirio intenta ganar terreno antes de la visita del ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, que está previsto que llegue en pocos días al país, junto con una delegación militar y el jefe de la inteligencia rusa. En este sentido, Rusia ha comunicado que cumplirán con sus compromisos con Siria, por lo que seguirán siendo el principal exportador de armas del régimen.


‘Cazan’ la llegada de toneladas de municiones rusas

“En lo que se refiere al problema de suministrar armas o no suministrarlas, Rusia cumple sus contratos con Siria y otros países en marcos de acuerdos internacionales, sin violar normas ni compromisos internacionales”, ha subrayado el delegado de Exteriores, que ha recordado que Siria no está sujeta a sanciones que restrinjan sus acuerdos.

Aproximadamente, el 10% de la venta global de armas rusas tiene como destino Siria y los expertos calculan que han firmado acuerdo por valor de más de 1.000 millones de euros. Una de las ventas más recientes incluye 36 aviones de instrucción de combate Yak-130, sistemas de defensa aérea, tanques y armas anticarros.

Las evidencias de que Rusia está armando al régimen sirio se confirmaron el 10 de enero cuando un buque ruso lleno de contenedores efectuó una parada no programada en Chipre, en el puerto de Limassol. Los funcionarios chipriotas que abordaron el barco descubrieron "una carga peligrosa", según sus propias descripciones a la BBC.

La nave transportaba toneladas de municiones con destino al puerto sirio de Tartus, la única base rusa en el Mediterráneo, para suministrar a las fuerzas de seguridad sirias. A cambio, el gobierno sirio asegura la salida al mar para Moscú con la base naval de Tartus.

Además, Rusia confirmó en enero el suministro de sistemas móviles lanzamisiles costeros ‘Bastión’ y misiles de crucero antibuque ‘Yakhont’, en virtud de un contrato firmado en 2007. Tanto Israel como Estados Unidos ya han mostrado su preocupación ya que esos misiles, con 300 kilómetros de alcance, suponen una amenaza para los barcos anclados en el Mediterráneo, que ambos han desplegado.

La guerra civil se intensifica y la llegada de más armas y efectivos que apoyen a Bashar al Assad hacen temer que la represión contra los opositores acabe en una masacre mayor, tras once meses donde han muerto 5.400 personas. Aunque la oposición habla ya de más de 7.000 muertos por los brutales ataques de las fuerzas de seguridad del régimen sirio.

Al respecto, el embajador británico ante Naciones Unidas, Sir Mark Lyall Grant, señalaba que "es absolutamente obvio que la transferencia de armas hacia una situación volátil y violenta es irresponsable y sólo empeorará el baño de sangre".

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