12 Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran
terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió
toda como sangre;
13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como
la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento.
14 Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se
enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar.
15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los
capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las
cuevas y entre las peñas de los montes;
16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros,
y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira
del Cordero;
17 porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá
sostenerse en pie?
Apocalipsis 6:12-17.
Un refugio para que los ricos eviten el fin del mundo
Una empresa quiere reconvertir un antiguo silo para misiles,
construido durante la
Guerra Fría, en apartamentos de lujo para millonarios que
quieran protegerse del día del Apocalipsis.
Situados en una bucólica pradera de Kansas, en el Medio
Oeste estadounidense, poco tienen que ver con un cobertizo o un antiguo refugio
antiaéreo, ya que estos apartamentos contarán con todos los lujos y detalles
para hacer más llevadera la espera para volver a salir al mundo real, una vez pasado
el peligro.
Un peligro que podría llegar en forma de guerra nuclear,
ataque terrorista, tormenta solar, colapso económico o de una pandemia, y que
poco o nada preocuparía a los ‘afortunados’ compradores de unas casas que
cuentan con cine, centro médico, colegio, biblioteca y hasta con piscina, según
informan a través de su web.
Así que por un módico precio de 5,23 millones de euros
(siete millones de dólares) cualquier millonario excéntrico que quiera sentirse
seguro puede adquirir uno de estos inventos de Larry Hall, quien a sus 55 años
se ha quedado uno de las casas para él y su familia.
Y es que Hall, que teme que una explosión solar siembre el
caos en el planeta, quiere tenerlo todo preparado para cuando llegue el fin del
mundo y para poder sobrevivir dentro del refugio el tiempo que necesiten.
Así, además de estar protegidos por un muro de cemento de
unos tres metros de ancho por 53 de altura bajo el suelo, el complejo también
cuenta con una granja interior con capacidad para proveer de pescado y
vegetales a 70 personas “todo el tiempo que sea necesario”.
Según el diseño de Hall, el complejo tendrá garantizado el
suministro de energía, gracias a la colocación de generadores eléctricos y de
molinos de viento que aprovecharán la energía eólica. Además, dos gigantescos
tanques de agua, que filtrarán y sacarán el agua del carbón y de las rocas del
subsuelo.
Tampoco se ha olvidado del tema de la seguridad, cuyo centro
de mando se situará en la planta superior y contará con personal y medios para
defender el complejo de un hipotético ataque.
Hall ya ha logrado vender tres plantas y media de los 14
pisos con los que contará el edificio, cuyo paradero mantendrá el constructor
en secreto por el momento.
La parte buena es que si el fin del mundo llega, y todavía
no has terminado de pagar la hipoteca, no parece que vaya a haber nadie que te
reclame el resto de la deuda.
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