sábado, 14 de abril de 2012

Un refugio para que los ricos eviten el fin del mundo


12 Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre;
13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento.
14 Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar.
15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes;
16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero;
17 porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?
Apocalipsis 6:12-17.



Un refugio para que los ricos eviten el fin del mundo


Una empresa quiere reconvertir un antiguo silo para misiles, construido durante la Guerra Fría, en apartamentos de lujo para millonarios que quieran protegerse del día del Apocalipsis.

Situados en una bucólica pradera de Kansas, en el Medio Oeste estadounidense, poco tienen que ver con un cobertizo o un antiguo refugio antiaéreo, ya que estos apartamentos contarán con todos los lujos y detalles para hacer más llevadera la espera para volver a salir al mundo real, una vez pasado el peligro.

Un peligro que podría llegar en forma de guerra nuclear, ataque terrorista, tormenta solar, colapso económico o de una pandemia, y que poco o nada preocuparía a los ‘afortunados’ compradores de unas casas que cuentan con cine, centro médico, colegio, biblioteca y hasta con piscina, según informan a través de su web.

Así que por un módico precio de 5,23 millones de euros (siete millones de dólares) cualquier millonario excéntrico que quiera sentirse seguro puede adquirir uno de estos inventos de Larry Hall, quien a sus 55 años se ha quedado uno de las casas para él y su familia.

Y es que Hall, que teme que una explosión solar siembre el caos en el planeta, quiere tenerlo todo preparado para cuando llegue el fin del mundo y para poder sobrevivir dentro del refugio el tiempo que necesiten.

Así, además de estar protegidos por un muro de cemento de unos tres metros de ancho por 53 de altura bajo el suelo, el complejo también cuenta con una granja interior con capacidad para proveer de pescado y vegetales a 70 personas “todo el tiempo que sea necesario”.

Según el diseño de Hall, el complejo tendrá garantizado el suministro de energía, gracias a la colocación de generadores eléctricos y de molinos de viento que aprovecharán la energía eólica. Además, dos gigantescos tanques de agua, que filtrarán y sacarán el agua del carbón y de las rocas del subsuelo.

Tampoco se ha olvidado del tema de la seguridad, cuyo centro de mando se situará en la planta superior y contará con personal y medios para defender el complejo de un hipotético ataque.

Hall ya ha logrado vender tres plantas y media de los 14 pisos con los que contará el edificio, cuyo paradero mantendrá el constructor en secreto por el momento.

La parte buena es que si el fin del mundo llega, y todavía no has terminado de pagar la hipoteca, no parece que vaya a haber nadie que te reclame el resto de la deuda.

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