lunes, 16 de enero de 2012

EL TRABAJO



¿Le gusta su trabajo?






            Si yo le preguntara ¿le gusta su trabajo? Seguro que una gran mayoría me respondería que no. Y me darían varias razones; no es lo que soñaste, no es la carrera que estudiaste, mi jefe es un pesado y un sin fin de razones que nadie discreparía y estaríamos plenamente de acuerdo. Hay miles de razones para que uno no este a gusto con su trabajo.

Pero tenemos que consagrar nuestras vidas a Cristo y eso incluye también nuestro trabajo secular, aun cuando nuestro jefe no sea creyente, debemos cumplir nuestra labor de la mejor manera posible, dedicando nuestro trabajo siempre a Cristo, así estaremos dando un buen testimonio de quien somos, y a quien servimos. Haciendo nuestro trabajo bien, aún cuando nuestros superiores no vean nuestros esfuerzos y ni siquiera nos den las gracias, recuerde que el Señor si nos ve. Todo que hacemos debe de ser siempre para glorificar a Dios, nunca a los hombres ni a nosotros mismos, en nuestro trabajo servimos a los hombres.

Lo mismo pasa en la iglesia que a veces un hermano hace algo para el bien común de la congregación y se entristece porque nadie ha reconocido su labor o no le a dado las gracias. A este hermano le digo: Hermano, Dios ha visto su obra, no esperes agradecimientos de los hombres y si bendiciones del Señor que ve todas las cosas, recuerde este pasaje:
 
1 Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.
2 Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
3 Más cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,
4 para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Mateo 6: 1-4

Así que no os preocupéis por eso, al Señor no le escapa ni un detalle siquiera.

Y a todos les digo, no hay nada de malo en animar a un hermano cuando dedica su tiempo y su esfuerzo a la congregación, puede que tú pienses que se podría haber hecho mejor, pero este hermano lo ha hecho con todo su amor hacia ti y a mí, el deseo de trabajar en la obra del Señor le a dado el mismo Señor y su labor seguro que salio desde dentro de su corazón.
            Primeramente tenemos que agradecer a nuestro Señor por haber dispuesto personas al servicio de congregación, personas con sus fallos igual que tú y yo, que el Señor en su salta misericordia perfecciona para su obra, oremos por todos los hermanos de nuestra iglesia, para que el Señor Jesucristo nos fortalezca para seguir adelante con su obra.

            Como ejemplo: ¿Cuántas cosas están haciendo diariamente el Pastor, los ancianos y el liderazgo en favor de congregación? ¿Estamos orando en agradecimiento por estas vidas que el Señor ha puesto en la iglesia? ¿Estamos orando para que el Señor les guíe? y ¿Cuántas veces les hemos expresado nuestra gratitud por su labor?


Que el Señor os bendiga, y muchas gracias por ser mi hermano.

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